El final del verano ha llegado, en el calendario, en el tiempo, en los días que empiezan a ser más cortos y las rutinas, los mocos y demás "itis" vuelven a estar presentes en nuestros hogares... Así que, antes de dar la bienvenida al otoño, este fin de semana pasado fuimos a despedirnos del verano como se merecía. Y lo hicimos en un sitio que para nosotros es muy especial: El Delta del Ebro. Allí empezamos nuestra aventura con mi compañero de viajes cuando hace 12 años nos fuimos a recorrer el Delta en bicicleta y tienda de campaña. Un sitio al que hemos vuelto casi cada año a disfrutar de sus dunas, del Ebro, de la punta del Fangar, sus plantaciones de arroz, su especial carácter, sus playas y como no, de una buena paella. Y allí brindamos por el final del verano y todos los buenos recuerdos que nos ha dejado.



Tengo la inmensa suerte de volver a colaborar en el número 3 de Kireei magazine y el hilo conductor de este número de la revista es la Lentitud! Yo creo que he interiorizado tanto este tema que no lo voy a dejar escapar!! Quiero saborear cada momento y no pasar corriendo, quiero saborear el ahora!
Y una de las cosas que me llevo del verano y que quiero mantener durante el resto del año es esa sensación del tiempo que se alarga, no quiero correr o al menos no mas de lo necesario! Así que entre mis propósitos de este septiembre está el desprenderme de alguna obligación extra, voy a reestructurarme el tiempo y las tareas, porque quiero seguir teniendo esa sensación de paz, de tranquilidad. Aunque la vorágine y las maratones del día a día intente conquistarme... (como dice una buena amiga, la sansilvestres diarías que corremos). Resistiré!
Y las CARRERAS que quiero hacer, recordar y disfrutar son las de una de las fotos del 52 semanas con mama: Corriendo por la arena, descalzos, entre risas y al grito de "Preparados listos Ya!!!"

Con estos corredores al más puro estilo de Usain Bolt es complicado congelar el momento ;-) Estas piernas (incluidos los dos palillos del medio) me recuerdan esas carreras de estos dos atletas incombustibles, que cuando yo ya tenía la lengua más que fuera y con el sofoco y al grito de "No puedo massss, mama no puede mássssss" seguían pidiendo una y otra vez volver a correr....
Lo que también me recuerda que un poco más de deporte no me vendría mal! :-) pero ese será el propósito para otra vez u otra vida, jajajaja. A mi lo que me va es caminar por el monte!




